En verano
El verano es una época difícil para la piel y el cabello, pero también para los ojos. En verano existen múltiples factores que aumentan el riesgo de molestias y enfermedades oculares: el sol, las piscinas, el aire acondicionado… Según un estudio del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas de España, los problemas oculares aumentan un 25% durante los meses de verano, pudiendo originar grandes daños en la salud de los afectados.
“Es aconsejable proteger nuestros ojos en todas las épocas del año, pero sobre todo en verano. Ya sea en la ciudad, la playa o la montaña, las radiaciones solares son más incisivas durante este periodo, lo que suele resecar el ojo y ocasiona picores, ardor, visión borrosa, sensibilidad a la luz y sensación de arenilla en el ojo”, explica María Carmen Serrano, Óptico Optometrista de Bluenty.com. Por ello, desde la óptica online de gafas graduadas y gafas de sol apuestan por seguir unos siete sencillos consejos para cuidar de nuestros ojos en estas fechas:
Lleva gafas de sol de calidad: serán la mejor compañía durante estas vacaciones. Aunque la mayoría de las personas las llevan, debemos hacerlo aún más cuando nos expongamos varias horas al sol. Además, debemos tener en cuenta que las gafas de sol deben ser compradas en ópticas reconocidas y no en tiendas de moda, ya que algunos son solo un bonito diseño y pueden dañar seriamente nuestros ojos. Recuerda, lo más importante de las gafas es lo que no ves, y se encuentra en sus lentes.
Protege tus ojos también dentro del agua: las piscinas son un importante foco de irritaciones e infecciones oculares. El cloro irrita la conjuntiva del ojo, dando lugar a queratoconjuntivitis; mientras que en la playa la sal puede producir irritaciones. Es importante que uses gafas de piscina o gafas de buceo para proteger tus ojos del cloro, de la sal marina y de las bacterias u hongos que pueden estar presentes en el agua. Debes evitar además nadar con las lentes de contacto puestas.
Evita la sequedad ocular: el uso prolongado del aire acondicionado aumenta la incidencia del “síndrome del ojo seco”, por lo que las lágrimas artificiales pueden ser útiles en determinados casos ya que refrescan y calman las molestias oculares leves. Recuerda además mantener la temperatura del aire acondicionado entre 21 y 26 grados y si usas lentes de contacto, mantenlas limpias y recuerda no llevarlas más de 10 horas seguidas.
Apuesta por las gafas polarizadas para la playa y la montaña: en estos dos destinos es interesante apostar por unas gafas polarizadas, lentes que poseen un filtro especial que bloquea la luz reflejada y permiten una visión sin reflejos y con colores y contrastes naturales. Este tipo de gafas te ofrecerá una total protección frente a los rayos ultravioletas que reducirán la fatiga ocular.
Tu smartphone también es un peligro: debemos tener especial cuidado con la luz azul que desprenden los terminales móviles, la cual incide directamente en la retina y provoca cansancio ocular o incluso enrojecimiento de los ojos. Por ello, optar por unas gafas con filtro de luz azul, que suprimen en torno al 20% de las longitudes de onda corta del espectro visible, mejorarán la comodidad mientras usas estos dispositivos.
Alimenta bien a tus ojos: los excesos forman parte del verano, pero alimentarnos de forma adecuada es crucial para todo nuestro cuerpo, incluidos nuestros ojos. Los profesionales de la nutrición recomiendan tener una alimentación rica en vitaminas A, E y C y en antioxidantes para mejorar nuestra visión. Para protegernos del síndrome del ojo seco, los ácidos grasos Omega-3 ayudan.
Lávate las manos a menudo: si frotamos nuestros ojos con las manos sucias es fácil adquirir una infección. Esto es especialmente importante en los niños, ya que sus juegos implican a menudo la manipulación de sustancias contaminadas, incluida la arena de la playa. Por ello, lavar nuestras manos de forma continuada hará que nuestros ojos estén más sanos.
Desde Bluenty.com consideran que con estas medidas preventivas se evitarán gran parte de los problemas que suelen afectar a los ojos durante el verano. Pero si aun así se sienten molestias, como irritación, enrojecimiento, sequedad, exceso de lagrimeo, dolor, etc., aconsejan consultar con un oftalmólogo.